Coge tus cosas, nos vamos a Roma, 1936.
1. Dale al play y pasa al número 2 de esta entrada. Publicidad miserable, te perdonamos.
2. Pongamos atención a la conversación de dos transeúntes que por fin, después de varios encuentros casuales, pueden hablar sin prisa:
-GUIDO: He paseado un montón de veces por aquí y siempre he pensado: " ¿Quién debe vivir ahí? ¿Sabes que quiero poner la tienda justo aquí delante?"
-DORA: ¿La librería?
-GUIDO: Sí, ¡así nos veríamos todos los días!
-DORA: Bueno, adiós. Has sido muy gentil conmigo. Ahora me daré un buen baño de agua caliente.
-GUIDO: Ah... me olvidaba decirte que...
-DORA: Dilo.
-GUIDO: Que tengo unas ganas de hacerte el amor que no te puedes imaginar. Pero esto no se lo diré a nadie, sobre todo a ti. Deberían torturarme para obligarme a decirlo.
-DORA: ¿A decir qué?
-GUIDO: Que quiero hacer el amor contigo. No sólo una vez, sino cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca, sólo si me volviera loco te diría que haría el amor contigo aquí, delante de tu casa, toda la vida.
La vita e bella (1997), Roberto Benigni.
martes, 28 de junio de 2011
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